Me enredo en una palabra
que no sea vulgar, ni sea vana
que se deje murmurar, diáfana
ligera, no muy refinada.
(como decir…?
Son lunas, que me eclipsan el sueño
y me arrastran a oasis del alma,
que traen un sonido a lo lejos
que huele a recuerdos de infancia
Bastión oculto del deseo
que liberas cuando me amas,
para que bautice entre besos
cuando te acuestas de espaldas
y mis labios recorren tersos
atalayas de luz clara,
prisión de mis ojos reos
que por ellos, lloran o callan.
…Ocultarme frente al espejo,
poner nombre a lo innombrable…
¡Dejaré que sean mis besos
los únicos que de tus senos hablen!
Julio 2005-07-10
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