11 de febrero:
Este, no es un
poema, es un secreto, una declaración que me cuento a mi para darle paz a mi
mente….
para poder dejar de
pensar en lo que paso ayer….
Ayer fue
un día, del que me voy a avergonzar, me obligo a mentir para
conseguirlo (hasta donde me llega la memoria no recuerdo haber mentido antes), y mucho
peor, me va a obligar para siempre a engañar a mi compañera de hoy, a quien
quiero y que siempre fue increíblemente buena y paciente conmigo, y que creo
que me ama, y a quien también, puede ser que yo ame - lamentablemente, para saberlo,
debería dejar pasar seis meses después de
separarnos, y como conozco bien el dolor del desamor, no quiero correr ese
riesgo hoy-
…Y sin embargo …..
Fue un día en que
también vi la increíble belleza de mi otra ella, el amor que no fue, pero sigue
siendo amada, …y no pude resistir, verla tan hermosa, tan apasionada, el placer
tan inmenso de pensarme acariciándola, besándola, volviéndola a amar….
No va a ser fácil
seguir como si nada, con esta sensación que empieza a aflorar, de no poder ser
yo, de ocultar una parte de mi, cada día, en cada mirada, en cada palabra, guardándome,
escondiendo algo, escondiendo tanto, engañándola….
Y, sin embargo,
hoy no me arrepiento de haberme entregado, de haber cedido y a la vez haber ganado, a pesar de la carga que me espera.
Porque son esas
pocas cosas que al final nos quedan, nos marcan….y perduran…. Y merecen ser vividas,
aunque haya que pagar un precio alto…
Porque son, para siempre.
Son ese día: el día
perfecto, inolvidable.