Curriculum Vitae
Empezando la primera, contigo misma,
Habías sido regularmente infiel con todos,
y en el álbum de la familia escondías
novios que tu madre, para ella, no querría
y amigos de papi, que el eludia en la esquina.
Cualquiera podía lloverte por la vida,
sin importar su facha, profesión o credo:
traficante o adicto, asesino o suicida,
estrella de rock o cantante de boleros,
todos por tu dormitorio, hicieron fila…
bastaba sacar pasaporte de príncipe,
que tu imaginación dadivosa emitía,
y porque no?, quizás el amor elige,
agazaparse debajo de la cobija.
…pasaron los años …y llegué a tu jardines,
(¡Cuarenta y tantos años y un arcón de experiencia!)
un soñador de princesas necesitado
arqueólogo en amores escondidos
olvidados en los bolsillos de mis sacos,
y tanta intención de ser otra, me conmovió
y caí por ti…con los brazos en alto,
(¡para enseñarte a no sabotear tu destino!)
Predestinado para redimir tu historia,
Me converti en un servil soldado,
como un elegido, me auto-designé guía,
lustrando hasta sacar, la viruta del pasado.
necio incondicional, me arrojé de espaldas
(las manos atadas y los ojos vendados)
un éxtasis de felicidad fue aquel tiempo
fugaz, lo que dura el viaje de una caída,
hasta que a otro le tocó hacer de torero
cuando mi carnet de matador ya vencía,
tuve cabizbajo, que recoger del suelo
mi herrumbrada armadura , mi abollada silla;
…y tu sin tregua multiplicabas por cero,
el camino, que en tantos ayeres temías
un espacio para dejar, como en un album de fotos, recuerdos
Puntualizando
Primero: Quizás “que no vengas” Sea mejor -
y deseo un “quizás”, aunque un “seguro” pienso
(y mi corazón, goza humillando al cerebro)
Segundo: hoy, que doy batalla contra mi, y pierdo,
“Que no vengas ahora”, presumo, Es lo mejor;
pues doble sería la derrota (y el desconsuelo);
“Voces de niños atrapados en el sismo…”
el periódico, en una sola línea
me golpea y desprecia, entre el dolor y la sangre.
… vuelvo a la conjura entre dioses y demonios,
porque no pude cobarde, como Paris a Elena,
En un rapto de amor y muerte, secuestrarte.
Y nuevamente: “quizás”; así será mejor,
Para otra vez, volver a empezar, desde cero.
(O perderme retomando en el punto primero)
y deseo un “quizás”, aunque un “seguro” pienso
(y mi corazón, goza humillando al cerebro)
Segundo: hoy, que doy batalla contra mi, y pierdo,
“Que no vengas ahora”, presumo, Es lo mejor;
pues doble sería la derrota (y el desconsuelo);
“Voces de niños atrapados en el sismo…”
el periódico, en una sola línea
me golpea y desprecia, entre el dolor y la sangre.
… vuelvo a la conjura entre dioses y demonios,
porque no pude cobarde, como Paris a Elena,
En un rapto de amor y muerte, secuestrarte.
Y nuevamente: “quizás”; así será mejor,
Para otra vez, volver a empezar, desde cero.
(O perderme retomando en el punto primero)
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